martes, 9 de diciembre de 2008

alma

Los 9 rostros del Alma
Las personas que profundicen en los eneagramas, se verán reflejadas en todos los tipos, ya que todas ellas no sólo pertenecen a un tipo, sino a la especie humana. Toda persona pertenece prioritariamente a un Tipo. En segundo lugar, tiene características de un Tipo colindante. Cuanto más profundice en el desarrollo de su personalidad, mejor podrá experimentar también las posibilidades de otras estructuras.

Ningún lector puede ni debe identificarse plenamente a sí mismo ni a otras personas con un Tipo

Ningún tipo es mejor ni peor que otro. Todos tienen su propia manera de ser, sus dificultades y posibilidades específicas. Y por ello todos los Tipos son indispensables para la sociedad.

Cada Tipo tiene un problema fundamental. Reconocer este problema, percibir su estructura y el curso de sus efectos, es una tarea necesaria del trabajo personal con los eneagramas. Resulta que en cada problema fundamental reside ya el germen de la posibilidad fundamental. Y a cada Tipo le pertenece una resistencia específica contra el desarrollo de su personalidad.RESISTENCIA TIPO Problema Posibilidad
debo hacer lo correcto REFORMADOR (+)
debo ayudar al prójimo ALTRUISTA (+)
debo tener éxito GANADOR (+)
debo ser especial ROMÁNTICO (+)
debo mantenr las distancias OBSERVADOR (+)
debo cumplir con mi deber LEAL (+)
debo ser feliz OPTIMISTA (+)
debo ser fuerte LÍDER (+)
debo vivir en armonía CONCILIADOR (+)


Experimentar un tema de fondo de manera unilateral es signo de represión de las propias verdades, tanto las verdades positivas como las que son consideradas negativas. Profundizar en el tema de fondo, que se ha convertido en la resistencia contra el desarrollo personal del ser humano, es una tarea fundamental.

La motivación y el significdo del eneagrama es proporcionar instrumentos que ayuden a las personas para que puedan conocerse, aceptarse a sí mismas, a los demás y aceptar también todo cuanto les rodea, es decir, a la vida en su totalidad.
EL REFORMADOR

El Reformador adulto se pone en camino y muy pronto tiene la impresión de que podría haber hecho un paseo más interesante. Pero se adapta de inmediato para afrontar la caminata. Camina con determinación, pero sin prisa aparente.

A veces se queda quieto para ver algo que le conmueve profundamente: observar un águila que vuela hacia el sol. A veces se detiene, porque ha descubierto un bache grande o una grieta. Los observa durante un segundo y piensa que podría comunicarlo a la autoridad competente. (...). Cuando por la noche se pone a descansar recuerda ante todo las imágenes bonitas a las cuales prestó atención.

EL ALTRUISTA

Cuando el Altruista adulto sigue su camino, se alegra de que otros le acompañen. Sabe observar la belleza y le gusta que los demás también se fijen en ella. De vez en cuando también sigue el camino en soledad.

Si el camino resulta demasiado difícil para uno de los que le acompañan, él está dispuesto a ayudarle en la medida en que sea necesario. Si alguien dijera algo inconveniente al que tiene un problema, es posible que el Altruísta le parara los pies. El Altruista cae bien a los demás, porque tiene una actitud abierta con ellos sin resultar una carga. Es una persona cariñosa.

Al final del camino insistirá en que el grupo no se separe sin antes celebrar una pequeña fiesta.

EL GANADOR

El Ganador adulto está preparado para emprender el camino, ya que desea que se convierta en toda una experiencia para él. También le gusta estar acompañado por otras personas para compartir con ellas su alegría.

Si la mañana se presenta lluviosa, nuestro caminante no se mostrará sombrío, sino que observará si el cielo le ofrece alguna esperanza de que salga el sol. Si surgen dificultades, no dejará que éstas le desanimen. Reflexionará e intentará extraer lo mejor de la situación a la cual se debe enfrentar.

Pero si la caminata fuera agradable como se había previsto, demostrará su satisfacción con palabras y gestos. Además, quienes sean testigos de su alegría, no podrán evitar contagiarse de su alegía de vivir.

EL ROMÁNTICO

El Romántico adulto sólo se une por momentos al grupo de caminantes. Pero cuando está en su compañía, canta con una sonrisa las mismas canciones que ellos cantan a plena voz caminando por el paisaje. De vez en cuando da una palmadita a la espalda de aquellos que caminan cerca de él y les enseña una planta maravillosa en cuya belleza no habían reparado.

Luego siente la necesidad de estar solo de nuevo para apreciar la belleza en calma y dejar que actúe sobre él. A veces, cuando el sol se pone, ya no presta atención al camino y se encuentra totalmente ensimismado. En ese momento ninguno de los que le acompaña se atreve a perturbar su calma. Parece desprender algo que impone respeto, incluso más que eso. Es que él es un caminante especial.

EL OBSERVADOR

El Observador adulto ha observado con detenimiento el camino a seguir y es probable que lo conozca ya de antemano. Le gusta unirse a los que le acompañan en su caminata. Es cordial con ellos y le complace su presencia. Sin embargo, valora mucho estar solo de vez en cuando, sobre todo cuando el camino se pone interesante, cuando se le brinda la oportunidad de descubrir nuevas cosas. Entonces el observador se toma cierto tiempo para observarlo todo detalladamente, lo cual le produce una gran satisfacción. Por ello, se alegra de vivir en este mundo.

Si surgen dificultades, mantiene la calma, reflexiona y alienta a los demás con sus conocimientos. Pero no será él quien les proporcione la ayuda que precisan. Si al despedirse los demás empiezan a intercambiar direcciones, no será él el primero en ofrecer la suya.

EL LEAL

Al Leal adulto pocas veces lo veremos solo durante la caminata; le resulta natural estar con los demás. Les transmite el sentimiento de ser una gran familia. Es una persona que gusta a todos y es fácil acceder a él. Todos tienen la impresión de que la caminata será una buena experiencia si él les acompaña.

Si alguien se hace daño en el pie y debe volver, es probable que el Leal sea quien le acompañe gustoso durante el camino de vuelta.

Si el grupo se volviera a reunir y a él le resultara imposible asistir, lo que es muy poco probable de imaginar, le echarían mucho de menos.

EL OPTIMISTA

Al llegar al punto de encuentro, se le reconoce fácilmente por su ropa de colores vivos. No cuestiona el camino que los demás han decidido; piensa que tendrán buenas razones para ello.

Todo lo que encuentra en el camino le apasiona. El buen humor del grupo, las flores en las pendientes, el vuelo del águila, la alegría le contagía de tal manera que no puede por menos de caminar, cantar y gritar de alegría con los brazos abiertos.

Si una fuerte tormenta asustara a los demás, a él le entusiasmaría, pues, además de la diversión que puede experimentar en esta caminata, sería testigo de ese gran espectáculo de fuegos artificiales. Y no pensaría que tal acontecimiento celestial les deparara algún peligro.

Si por la noche, los demás se muestran cansados y prefieren irse a dormir, insistirá al máximo para que por lo menos bailen una última canción.

EL LÍDER

El Líder camina solemnemente, lleno de fuerza y ganas de vivir, algo que transmite al grupo. A veces mira atrás para ver si los demás le pueden seguir. Si decide entonar alguna canción, los demás se mirarán disimuladamente con diversión por la gran potencia de su voz.

Cuando el grupo llegue a un arroyo, algo que complace enormemente al Líder, se dedicará a ayudar a quienes no se atreven a cruzarlo y les llevará uno tras otro hacia el otro lado. Cuando el grupo esté descansando al pie de una montaña, él seguirá caminando solo hacia la cima y cuando llegue, les lanzará un potente grito producto de su felicidad.

Los demás le tienen mucho respeto. Si alguno de ellos más tarde tuviera que tomar alguna decisión de gran trascendencia, llamaría al Líder aunque éste siempe mantuviese las distancias con él durante la caminata.

EL CONCILIADOR

Casi siempre le vemos caminar en el centro del grupo. De él emana una gran calma y siempre tiene una actitud abierta frente a todo, sea lo que sea. Si el día se presenta lluvioso, se pondrá una capucha y disfrutará igualmente de la caminata.

A veces no puede evitar despegarse del grupo para ir a ver ese valle escondido de la montaña. pero como sabe que los demás le echarán de menos, no permanece demasiado tiempo en su sendero solitario.

Si se produce una disputa en el grupo, escuchará primero a los implicados con atención. Luego mediará en el conflicto, pero con pocas palabras. Pero si alguien se comporta de manera injusta, a los demás les estrañará la severidad y claridad con la que reprende esta acción.

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